Qué ingrato e interesado es el ser humano.
La bolsa de plástico, que tanto nos ha dado, que tan buenos y antiguos recuerdos nos trae, se encuentra ahora en peligro de extinción. En busca y captura. Siendo denigrada y vejada. Maltratada hasta límites insospechados, acusada de los más terribles atentados contra el planeta.
Ella, corazón de puro polietileno, noble vasalla de su señor y resistente en la lucha, sucumbirá de tristeza al ver el desprecio recibido.
Dentro de unos años, lloraremos por ella, pero ya será demasiado tarde...
Qué ingrato e interesado es el ser humano.
La bolsa de plástico, que tanto nos ha dado, que tan buenos y antiguos recuerdos nos trae, se encuentra ahora en peligro de extinción. En busca y captura. Siendo denigrada y vejada. Maltratada hasta límites insospechados, acusada de los más terribles atentados contra el planeta.
Ella, corazón de puro polietileno, noble vasalla de su señor y resistente en la lucha, sucumbirá de tristeza al ver el desprecio recibido.
Dentro de unos años, lloraremos por ella, pero ya será demasiado tarde...
Qué ingrato e interesado es el ser humano.
1 comentario:
Tienes razón, amigo Wilson.
¡Putos humanos!
¡Merecéis la extinción!
¿No veis cómo sufre la pobre bolsa?
¡Racistas!
¡Xenóformos!
Buahhhh...
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