lunes, 23 de marzo de 2009

El tamaño no importa

Un paciente que llega a la consulta del médico...

- Doctor, antes de contarle mi problema tiene que asegurarme que no va a reírse.
- Está usted ante un reputado doctor con más de treinta años de experiencia que jamás hallaría humor en la desdicha o enfermedad de un paciente. Así que, sin duda alguna, le garantizo que no habrá ningún tipo de reacción jocosa hacia su mal.

Entonces el paciente se baja los pantalones y muestra el pene más enano que jamás la ciencia hubiese visto y el médico, lógicamente, se despepita de la risa. Se revuelca por el suelo, se queda sin aire, se le salen los mocos... bueno, arma un pollo de mucho cuidado.
Cuando por fin consigue controlarse se vuelve a sentar en su silla y añade:

- Lo siento. No sé qué ha podido ocurrir pero le prometo por mi honor de caballero, que no volverá a suceder.
- De acuerdo - dice el paciente
- ¿Y bien? ¿Cuál es el problema? - añade el doctor
- ¡¡Es evidente doctor!! ¿No ve que está inflamado?

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